Durante este invierno, se ha visto en numerosas ocasiones como las aves de la marisma, huían asustadas, lo que normalmente implica la presencia de un depredador en busca de alimento, sin embargo, no se detectaba la presencia de los habituales en la zona, como pueden ser halcones, aguiluchos laguneros,..
Pero el misterio ha quedado resuelto cuando en una de las munas, se ha visto una rapaz moverse de forma peculiar hasta posarse en unos pequeños árboles del borde de la marisma. Esta rapaz no era otra que un joven de Azor, especie famosa por ser el llamado fantasma del bosque, ya que es una de las aves forestales poco visibles.
Este ejemplar ha encontrado en las marismas de Orueta una zona óptima para invernar, ya que tiene una pequeña cobertura forestal en los alrededores con pocas molestias y disponibilidad de alimento en gran cantidad para un ave de sus capacidades cazadoras.
Sin embargo, resulta curioso, cómo un ave tan esquiva como es el azor, ha podido verse en numerosas ocasiones en los bordes de la marisma, posado en pequeños árboles y ramas secas sin apenas cobertura, ya que los azores están adaptados a moverse por bosques sumamente cerrados y parecen preferir zonas con gran cobertura por lo cual suele ser bastante difícil observarlos y más aún, poder disfrutar de ellos como en estas imágenes.
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